En los últimos años el término Calidad se ha utilizado muchas veces y muchas veces de forma excesiva, abusando de su definición que nos gustaría definir de la siguiente manera:
La calidad de un producto es su capacidad para satisfacer las expectativas del consumidor.
Partiendo de esta definición, hemos centrado nuestra atención en los detalles de nuestros artículos, desde el punto de vista final del producto, intentando mejorar los defectos e interviniendo en los procesos productivos, tanto en la maquinaria y sus automatizaciones, como en la búsqueda continua de materiales, siempre más eficaces y atentos a su impacto ambiental, también con la ayuda de institutos y universidades del sector.
Nuestros productos están en constante evolución, no solo los nuevos estudiados con las últimas tecnologías 4.0, sino que también estamos prestando una atención constante a los artículos que llevan años en producción, como las bandejas para huevos. De hecho, en este caso, además de crear nuevos modelos, hemos mejorado y reforzado los existentes. También hemos centrado nuestra atención en detalles de bebederos y comederos montados en líneas automáticas, eliminando posibles defectos técnicos haciendo mucho más resistentes las piezas plásticas, aumentando así su vida útil.
La cosa se complica cuando estos conceptos pasan del estudio a la producción industrial, manteniendo los mismos estándares de calidad pero en enormes cantidades, con producciones que superan los 20 millones de bandejas de huevos, más de 150 mil jaulas de transporte de aves, más de 200 mil bebederos y comederos y más de. ¡90 mil palets, todos fabricados y vendidos en el último año 2020!
Nuestro concepto es fabricar un producto de verdadera calidad pero a escala industrial, siempre igual en todos los países del mundo, en todas nuestras producciones en el exterior y asegurar que nuestros distribuidores y clientes estén siempre satisfechos y sus expectativas siempre confirmadas.